ATLÁNTICA
Las gaviotas picotean
el tiempo
en este mar y este cielo
hijos del mismo Azul.
Aquí estoy
dispuesto a la fatiga del declive.
En el pecho,
un dolor que late despojado de armadura
dispuesto a la transfusión.
Nada resulta extraño en tu brillo,
rayo de luz que alimenta nube y espuma.
La música de tus versos
baila desasosiego y melancolía;
sin equipaje, espero tu regreso de ultramar.
Saudade.
ResponderEliminarEsa emoción de la que nosotros adolecemos.
Un abrazo amigo Antonio.
ResponderEliminar