ATLÁNTICA



Las gaviotas  picotean el tiempo

en este mar y este cielo

hijos del mismo Azul.


Aquí estoy

dispuesto a la fatiga del declive.


En el pecho,

un dolor que late despojado de armadura

dispuesto a la transfusión.


Nada resulta extraño en tu brillo,

rayo de luz que alimenta nube y espuma.


La música de tus versos

baila desasosiego y melancolía;

sin equipaje, espero tu regreso de ultramar.



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