LA CHICA QUE BAILABA LA MODE

De ti,
recuerdo un deslumbramiento.
Algo magnético y femenino,
fértil tiranía donde yo exploraba
tu eterna soledad.
Fueron años de frenética punición
a los que debo un presente sin carencias.
Bailábamos hasta el amanecer
y la luna nos mecía con música y comedia.
De todo eso hoy, sólo quedan unas botas
que aparecieron por casualidad cuando nadie lo esperaba.
Ahora sigo viviendo las pulsiones del amor,
único combustible que admiten mis desgastados Pistones.

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