LA ÚLTIMA FUNCIÓN

Ya no hay bullicio en la sala vacía
que un día fue trajín de cuerpos y contornos.
Silencio creciente de acústica sorda
como flores de plástico decoloradas por el tiempo.
En una esquina, el telón apolillado,
es ahora un gran despojo de batallas y aventuras.
Caricias de domingo en la sesión de la seis,
los relámpagos de infancia balsamizan el presente.
Todo ha cambiado en el teatro de la vida
y de aquellas tentaciones y vivencias,
sólo queda una imagen derrotada
que emerge entre las sombras.

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