MCMXCII
Enfurecidos los cuchillos,
apuntan directos a los trasteros de la memoria
donde se guardan los recuerdos que urge olvidar.
El vino se acabó;
solo nos queda el vinagre,
mientras los besos preparan la mudanza
coqueteando con la cinta de embalar.
Cajas, armarios vacíos donde el eco
se ha hecho fuerte y las perchas
me miran desafiantes.
No soporto este olor a naftalina
ni este arsenal de reproches.
Quizá algún día volvamos a encontrarnos,
pero por favor:
no te lleves los discos de Germán Coppini.
apuntan directos a los trasteros de la memoria
donde se guardan los recuerdos que urge olvidar.
El vino se acabó;
solo nos queda el vinagre,
mientras los besos preparan la mudanza
coqueteando con la cinta de embalar.
Cajas, armarios vacíos donde el eco
se ha hecho fuerte y las perchas
me miran desafiantes.
No soporto este olor a naftalina
ni este arsenal de reproches.
Quizá algún día volvamos a encontrarnos,
pero por favor:
no te lleves los discos de Germán Coppini.
Comentarios
Publicar un comentario